Para ser absolutamente moderno
hay que adoptar una pose
de estático pavor al compromiso.
Adepto
socio protector
activista de cuota
de cuatro ONGs
dos fundaciones
y un par de grupos ecologistas.
Para estar al día hay que ser ateo
O, mucho mejor, gnóstico.
Tomar la senda del conocimiento
de alguna religión asiática,
rechazar la bazofia del pecado
y pensar detenidamente
en la placentera construcción
de un nuevo avatar de la conciencia.
Para ser guay
colega
hay que perfumar con incienso las estancias
y tener percepciones de una vida anterior.
En la hora de los orgasmos pensarás
que el polen del hashis
se recogió de madrugada
para llevarte desnudo
a las orillas del Gánges.
Una tarde de roces y caricias tántricas
mejor que un polvo pélvico
y misionero.
Para estar en la onda, nena
quema tu ropa burguesa
y recorre las boutiques alternativas.
Son muy caras, lo sé,
pero nadie dijo que los pobres
pudieran entrar gratis a esta fiesta.