Supón que nos encontramos y, tras reconocernos,
compartimos una copa en una terraza de titanio.
Supón que la cerveza está muy fría
y que el sushi
está ese día
especialmente fresco.
Supón que me dices "vamos"
y, resulta que sí, que tienen habitaciones libres.
Supón que la tía de recepción
caliente como una perra
echa una mirada pícara
a nuestro inexistente equipaje
y le sonreimos.
Supón que la crema hidratante huele a lima,
y que tu espalda se flexiona de placer
con la presión de mis dedos.
Supón que follamos...
...y que nos gusta.